Natural de Las Palmas de Gran Canaria
Nacida el 7 de noviembre de 1994
Entrenador: Uriel Reguero Ribera
Club: Atlético San Sebastián
Síguela en Instagram: .@lorea_ibarzabal
Después de volver de mi primera concentración en altura en Kenia todo el mes de diciembre, me estaba costando bastante entrar en ritmos de competición de 800m y fui a Manchester a debutar el 22 de enero sin haber encontrado las buenas sensaciones. Corrí en 2:09, pero estuve muy fuera de carrera desde el principio.
¿Cómo te ves de cara a estos primeros encuentros con el tartán?
Ahora empiezo a encontrarme mejor entrenando los ritmos de 800m. El día 8 de febrero correré en el Meeting de Barcelona, donde espero encontrarme mejor en carrera. El objetivo es buscar buenas sensaciones entrenando y compitiendo de cara al Campeonato de España. Si consigo eso, las marcas ya llegarán.
*Nota: Ayer corrió en Sabadell realizando un registro de 2:06.10
Eres la vigente campeona de España de 800m en pista cubierta. ¿De qué manera afrontas esta temporada invernal?
Con muchísima ilusión, sobre todo después de la lesión que me tuvo apartada de las pistas el verano pasado. Me fui a Kenia con el objetivo de hacer una buena pista cubierta y de volver a estar competitiva en el Campeonato de España.
¿Cuál es tu meta de aquí a finales de marzo? ¿Tienes la vista puesta en Belgrado? (Campeonato del Mundo en pista cubierta)
Llegar lo mejor posible al Campeonato de España para poder luchar por estar arriba otra vez y estar sana. Entrenar con continuidad sin molestias ni lesiones es mi objetivo principal este año.
No, creo que el Mundial de Belgrado son palabras mayores y ahora mismo estoy muy lejos.
Volvemos a Gallur 2021. ¿Llegaste a pensar seriamente en la línea de salida que el oro podía acabar colgando de tu cuello?
No lo llegué a pensar seriamente, pero tampoco me puse ningún límite. Mi entrenador, Uriel, me hizo ver que el podio estaba muy abierto y que cualquier cosa podía pasar en carrera, así que había que luchar por todo. La primera sorprendida al cruzar la meta fui yo.
¿Pueden suponer momentos como ese un antes y un después en tu carrera, en tu forma de afrontar la competición?
Si. Ganar el oro me dio muchísima confianza y me hizo ver que yo también puedo estar ahí con las mejores españolas.
Dicho título no pudiste refrendarlo al aire libre. ¿Qué te ocurrió?
Llegué a Gallur ya con unas molestias que se convirtieron en una lesión un poco complicada. Estuve dos meses (marzo y abril) sin poder correr tratando un dolor sin encontrar un diagnóstico claro. Finalmente, en mayo, me recomendaron ir al fisioterapeuta Jesús Serrano (Clínica Improve, en La Moraleja) que fue quien finalmente dio con lo que tenía: se me había creado un tejido fibroso adherido al tendón de Aquiles por dentro, que había causado un edema en la grasa de Kager. Estuve desde mayo a julio tratándolo a la vez que corría lo que me permitía. Corría series rápidas y el resto lo hacía en la piscina nadando. Así hice mi marca personal de 2:04.60 en Bélgica a finales de julio.
En diciembre has acudido a Kenia a entrenar. ¿Cuál era el objetivo prioritario de dicha concentración?
Como he dicho antes, el objetivo era hacer una buena base de cara al verano, pero también correr una buena pista cubierta.
Una experiencia única, una comunidad muy humilde y acogedora. Los caminos de tierra rojiza y los miles de atletas entrenando... Fue una pasada verlo y poder vivir como los kenianos un mes.
¿Qué es lo que más te sorprendió o llamó la atención?
El problema de alcoholismo que tienen los kenianos, sobre todo los hombres, y la pobreza que hay en todos lados. Es muy duro de ver. Otro tema que me llamó muchísimo la atención es la corrupción tan grande que hay en el país. Josiah, nuestro conductor de Matatu, nos contaba muchísimo sobre el país y su cultura, incluido el problema de la corrupción.
¿Te resultó complicado adaptarte al clima, a la altitud, a las condiciones de allí?
El clima era inmejorable, con 20-25 grados todos los días en pleno diciembre, una maravilla para entrenar. Respecto a la altitud, realizamos una buena adaptación los primeros días y, al final, lo que más me costó fue adaptarme a los caminos de piedras y cuestas en los que realizábamos los rodajes.
Sin embargo, no es la primera vez que viaja a África, ¿verdad? ¿Qué diferencias has experimentado entre tu viaje de 2018 y el del pasado mes de diciembre?
En verano de 2018 mi familia y yo fuimos a subir el Kilimanjaro por el 50º cumpleaños de mi padre. Fue una de las mejores experiencias de mi vida, una aventura en familia que siempre recordaré. Después, nos fuimos de safari por varios parques y reservas nacionales en Tanzania, como el Ngorongoro o el Serengueti, que fue espectacular.
Este pasado diciembre el objetivo principal del viaje era entrenar, por lo que estuve de concentración en Iten 30 días.
Tú tienes mucha experiencia en viajar. De hecho, parte de tu formación universitaria la pasaste en Estados Unidos, entre Portland y California. Háblanos de qué te llevó en su día a cruzar el charco.
Me encanta viajar. Desde pequeña siempre he tenido la suerte de viajar bastante y conocer muchos países y ciudades gracias a mis padres.
Con 17 años me fui a la Universidad de Portland en Oregón, donde estudié un grado en Ingeniería Mecánica y luego fui a USC a estudiar un Master de Ingeniería de Desarrollo de Producto. Cambié la lluvia y el equipo de Cross Country y fondo de Portand por el sol de Los Ángeles y un equipo de medio fondistas y velocistas en USC. Me cambié porque tenía un quinto año de “NCAA elegibility” y me apetecía vivir en otro estado, a pesar de que mis años en Portland fueron increíbles y lo volvería a repetir todo otra vez.
A nivel
global, ¿cómo resultó para ti la experiencia estadounidense?
Fue una experiencia
única en la que me formé profesionalmente y personalmente, además de
deportivamente.
Las instalaciones
americanas son otro nivel y las facilidades que te pone la propia universidad y
los profesores para poder sacar una carrera como ingeniería, compaginándolo con
el deporte siendo “student-athlete”, son incomparables con cualquier universidad
en España.
¿Observaste muchas diferencias entre lo que es el atletismo y allí y lo que tenemos en España? (instalaciones, actitud, patrocinios, etc)
El atletismo en USA
es otro nivel. Ya lo vemos en las competiciones internacionales, donde lo ganan
todo. Aparte de tener las mejores instalaciones, laboratorios de biomecánica y
tecnologías, tienen muchísimos atletas y un buen sistema universitario montado
de donde sacan muchísimas estrellas del atletismo. Hay mucho volumen de atletas, por lo que un nivel medio muy alto.
¿Repetirías de todas, todas?
Si, ahora mismo.
En la actualidad formas parte del grupo de entrenamiento de Uriel Reguero. ¿Cómo va tu evolución como integrante del Track is Back?
Me encanta formar
parte del grupo Track is Back. Irme a Valladolid fue la mejor decisión que pude
haber tomado al volverme de USA. La verdad es que tenemos un grupazo al mando del
mejor entrenador, Uriel Reguero, que se desvive por nosotros y muchas veces no
se lo ponemos nada fácil.
¿Quiénes suelen ser tus compañeros de fatigas más habituales?
Lorena Martín suele ser mi compañera de fatigas siempre, sobre todo en época de competición, cuando realizamos series específicas de 800m. También está Marta García en épocas de carga, cuando la intentamos seguir un poco en lo largo. Muchas veces, cuando podemos cuadrar alguna serie, me pongo detrás de los chicos: Saul Ordoñez, Nassim, Elgar, Sergio…
Hablando de fatigas. Tú eres ochocentista, una prueba muy compleja y dura. ¿Qué entrenamientos de los de Uriel son los que te dejan más KO?
En invierno, los entrenamientos más duros para mí son los que realizamos en Pinar de Antequera, ya que por mi forma de correr y mis pies me cuesta muchísimo correr en ese terreno.
En época de competición, las series “largas” a ritmo de competición siempre me dejan KO.
¿Con cuáles disfrutas más?
Me encantan los 200 y 300s rápidos. Cualquier entreno rápido y con mucha recuperación.
Cuéntanos cual fue tu último entrenamiento a full antes de tu victoria en el Nacional bajo techo del pasado año?
El sábado antes del campeonato, Lorena y yo hicimos 600-500-400-200.
Mi madre era atleta y mi padre también corrió unos años en USA. De pequeña corría las carreras del colegio y se me daba bien, pero no fue hasta los 7 años cuando me apuntaron a “atletismo” como extraescolar. Lo compaginé con el baloncesto, deporte que me encanta, hasta los 14 años, cuando me decanté por el atletismo y empecé a entrenar un poco más en serio.
¿Qué te animó a "apuntarte" a tu primera carrera y a tu primer club. ¿Cuál fue? ¿Hubo alguno antes del CAP Alcobendas?
Empecé en mi colegio, Las Irlandesas, jugando y probando todas las pruebas. Entrenaba en el cole y luego competía federada por el CAP Alcobendas, que fue mi primer club y donde conocí a mi entrenador en la adolescencia, David Galindo, que me formó como atleta antes de irme a USA. Antes de decantarme por el 800m corría todo tipo de pruebas, desde cross y 1500m obstáculos hasta el 600m.
Mi evolución siempre ha estado marcada por las lesiones. Mi primera lesión grave fue una fractura de estrés completa en el escafoides en 2011 y en Estados Unidos también tuve un par de fracturas de estrés y otras lesiones. No ha sido un camino fácil, de ahí que en los últimos años mi principal objetivo sea estar sana y tener continuidad. En mi vida deportiva adulta nunca he encadenado doce meses seguidos entrenando.
A día de hoy, ¿tienes algún tipo de ayudas de cualquier tipo de marca o de otro tipo?
Tengo la ayuda de mi club, el Atlético San Sebastián, y un patrocinio de suplementación de Victory Endurance. En Valladolid, cuento con la ayuda de mi fisioterapeuta, Jorge (Clínica Eira) y mi podólogo Álvaro (Podología Circular) que esta continuamente adaptándome las plantillas a mis molestias y necesidades
A nivel material deportivo, nada.
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