Nacida el 24/10/1969
Mejores Marcas Personales
3.000m. marcha en pista cubierta: 12´48´´82 (1988)
5.000m. marcha: 21´36´´92 (1987)
5k. marcha: 21´54´´ (1992)
10k. marcha: 45´23´´ (1991)
20k. marcha: 1h32´10´´ (2003)
Historial Nacional
Recordwoman de España Júnior de 10 km.marcha en ruta (44:48 en 1987)
Recordwoman de España Juvenil de 10 km.marcha en ruta (46:09 en 1986)
Recordwoman de España Cadete de 5.000m marcha (p) (23:30.3 en 1984)
Recordwoman de España Cadete de 10 km.marcha en ruta (48:51 en 1984)
Campeona de España Junior de 5.000m marcha (1988) y 5km (1987-88)
Campeona de España Absoluta de 5.000m marcha (1984-1986) y 10km (1984-86)
Campeona de España Absoluta de 5.000m marcha en pista cubierta (1988)
Historial Internacional
10ª en 10Kms marcha en los Juegos Olímpico.- Barcelona 1992
4ª en 10Kms marcha en el Campeonatos del Mundo.- Roma 1987
15ª en 10Kms marcha en el Campeonato del mundo.- Tokyo 1991
Descalificada en 20Kms marcha en el Campeonato del mundo.- París 2003
Campeona de Europa en 10Kms marcha.- Stuttgart 1986
15ª en 20Kms marcha en la Copa de Europa.- Cheboksary 2003
29ª 10.000m. marcha en la Copa del mundo.- Bergen 1983
22ª en 10Kms marcha en la Copa del mundo .- Isla de Man 1985
10ª en 10Kms marcha en la Copa del mundo.- Nueva York 1985
16ª en 10Kms marcha en la Copa del mundo.- L´Hospitalet 1989
10ª en 10Kms marcha en la Copa del mundo.- San José 1991
27ª en 10Kms marcha en la Copa del mundo.- Monterrey 1993
4ª en 5.000m marcha en el Campeonato del mundo júnior.- Atenas 1986
Campeona del mundo júnior en 5.000m marcha.- Sudbury 1988
Campeona de Europa júnior en 5.000m. marcha.- Cottbus 1985
Subcampeona de Europa júnior en 5.000m. marcha.- Birmingham 1987
3ª en 3.000m marcha en el Campeonato de Europa en pista cubierta.- Budapest 1988
Dadas las particulares características de tu carrera deportiva, resulta obvio querer saber cuándo comenzaste a practicar atletismo…
Empecé con 10 u 11 años, en Viladecans, éramos un grupo de niñas/os muy numeroso, siempre a las órdenes de Don Marcos Flores. En 1982 quede campeona de Cataluña infantil, en 1983 subcampeona de España absoluta, y, desde entonces, siempre con la selección nacional absoluta, o sea, desde los 13 años hasta mi retirada.
Dando muestras de su clase con tan sólo 11 años
Tú, que querías ser “más chula que un ocho”, te inclinaste por la marcha atlética en lugar de por saltar, correr o, por ejemplo, lanzar jabalina, una especialidad que siempre te ha encantado. ¿Por qué esa elección de la marcha?
Cuando el profesor de gimnasia del C.P. Ángela Roca, de Viladecans, me dio a conocer la marcha atlética, ya me gustó, fue amor a primera vista. Me sentía muy cómoda, mucho más que corriendo, marchando siempre he tenido sensación de libertad.
¿Alguna vez, mientras marchabas, pensaste en lo que dirían los que te veían marchando debido a la técnica tan llamativa para los profanos en la materia?
Que va, para nada, aun así tuve que soportar algún que otro comentario, imagínate en aquellos principios, no teníamos ni pista, ni complejo deportivo, ni nada que se le pareciese. Entrenábamos por las calles de la zona industrial del pueblo, por el campo y sitios así. Creo que los que nos veían se quedaban más sorprendidos que otra cosa, no les daba tiempo a reaccionar.
Entrando vencedora en L´Hospitalet.- 1982
Tal vez en algún otro deporte pueda ser más habitual, pero en atletismo no se ve todos los días que una chica de apenas 14 años sea internacional absoluta. ¿Cómo recuerdas aquella primera llamada para representar a España a nivel internacional, como en el Encuentro con Noruega o la Copa del mundo de Bergen?
Todavía no había cumplido los 14 años, aunque los cumpliría ese mismo año. Lo viví con mucha expectación, mi madre me dijo: pórtate bien, aprende de lo que veas y disfruta, y yo, con 13 años, pues a obedecer.
¿Cómo llevabas en el cole eso de ser internacional con la selección española?
Bien, dentro del cole simplemente era la nº 10 cuando pasaban lista, seguía con mis amig@s de siempre, no había distinciones, algo que siempre les agradeceré.
¿Qué te decían tus compañeros y maestros?
Simplemente, el lunes me daban la enhorabuena y los deberes.
Durante la ceremonia inaugural del Campeonato de Europa Júnior.- Cottbus 1985
¿Recibías algún tipo de ayuda o refuerzo para poder sacar adelante la EGB y entrenar y competir a nivel mundial?
No, únicamente, si no recuerdo mal, una vez me cambiaron un examen de fecha. Siempre iba al mismo ritmo que toda la clase. En ocasiones me costaba, pero al final saqué mis entrenos y mis estudios hacia adelante. Seguí estudiando, Auxiliar Administrativo, que luego enganché con el BUP para más tarde hacer administración y gestión de entidades deportivas, pero, sinceramente, ningún título me satisfizo más que cuando recibí el graduado escolar.
¿Qué suponía todo aquéllo para una niña de 15-16 años?
Hacia lo que realmente me gustaba, para mí era una diversión.
¿Sentías realmente la presión del entorno?
Jamás, en casa la única presión que tenia, por decir algo, era para que no dejara de estudiar. En los entrenos daba todo lo que podía, nunca me sentí presionada. La presión por el entorno deportivo llegó al mismo tiempo que las lesiones.
¿Llegabas a disfrutar con todo lo que hacías y vivías?
Sí, totalmente, a esa edad, y a todas, la familia es clave. Mi madre me inculcó que aprendiera, y disfrutara, mucho más que ganara.
¿Quién fue tu descubridor y mentor para la marcha?
Fue Don Marcos Flores, mi profesor de gimnasia. Todavía sigue al pie del cañón, descubriendo y presentando la marcha atlética a chic@s.
Para marchar en marcas de 22-23 minutos en 5kms y de 48 minutos en 10 kms con sólo 15 años imagino que hay que trabajar mucho y muy duro. ¿Cómo eran las jornadas de entrenamiento más exigentes a las que te enfrentabas?
No entrenaba tanto, en aquel entonces realizaba un entreno después de las clases, unos estiramientos, gimnasia y para casa. Realizaba concentraciones cuando había vacaciones escolares, en invierno nos íbamos a Salardú (Vall d´Aran) a compaginar la marcha con el esquí de fondo y con grandes travesías por la montaña (gratos recuerdos). En verano nos íbamos a Font Romeu, era entonces cuando los entrenos era más intensos y duros.
Aunque ya llevabas 3 temporadas compitiendo a nivel internacional, incluso fuiste Campeona de Europa júnior en Cottbus 1985, fue el europeo de Stuttgart 1986 el que dio relevancia mundial a esa menuda atleta que se convirtió en las más joven campeona de Europa absoluta. ¿Cómo llegabas a la cita del año en cuanto a nivel de forma, motivación y disposición?
Me llenaba de entusiasmo, era la primera vez que la marcha atlética femenina iba a estar en el calendario del europeo absoluto. Ya con ese acontecimiento me sentía recompensada.
Encabezando la prueba en el Campeonato de Europa júnior de Cottbus 1985, donde se alzó con la victoria
¿Cómo recuerdas el transcurso de aquella prueba?
Estaba muy tranquila, sabía que había entrenado muy bien, mi sensación era muy buena. A falta de un kilómetro, en el grupo de cabeza quedábamos dos rusas, dos suecas, y yo. Recuerdo que pensé “o primera o quinta”, no contemplaba ningún puesto intermedio y fue entonces cuando escuche a mi entrenador, José Marín, que me gritaba, “ahora, ahora”, y me fui del grupo. Cuando entré a pista, aunque seguía escuchando la respiración de la sueca en mi cogote, y el chof chof, pues llovía, de sus pisadas, sabía que no me pillaría y que ese campeonato era para mí. Simplemente disfruté y gané: “Gracias mamá”.
Cuando sentías que la medalla de oro podía colgar de tu cuello más tarde, ¿eras consciente de lo que estabas a punto de conseguir y de lo que se te venía encima?
Sí, sabía que iba a quedar campeona de Europa absoluta, pero no tenía ni idea de lo que se me venía encima.
Alzando los brazos hacia la gloria. La medallista más joven de la historia en los europeos de atletismo. Stuttgart 86
Tu llegada a meta supuso un revuelo el que parecías una marioneta, de aquí para allá, y tú sin poder hablar con los tuyos …
La organización alemana, es cierto, me llevaba de aquí para allá, hasta que dije “basta, quiero ir con los periodistas españoles”, porque así sabía que mi familia sabría algo de mí.
¿Cómo se te recibió a tu llegada a España? ¿Te prepararon algo especial en tu Viladecáns?
Me recibieron a lo grande, me esperaba un descapotable en el aeropuerto del Prat, que me llevó hasta el ayuntamiento de Viladecans. Cuando llegué, bueno, no podía creer lo que veía, estaba todo el pueblo para darme la enhorabuena. Fue increíble.
Recibimiento multitudinario en Villadecáns tras el oro europeo en Stuttgart 86
En aquellos momentos todavía no se había implantado el sistema ADO de ayuda a los deportistas de cara a los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero ¿contabas con ayuda federativa o institucional de algún tipo?
¡Uf!, no me acuerdo muy bien si la Federación Española me empezó a pagar antes o a raíz del campeonato de Europa, no lo tengo muy claro.
El C.N. Barcelona sí que me daba una pequeña ayuda económica, nos dejaba utilizar gratuitamente sus instalaciones y recibir servicio de masajes con el Sr. Consarnau.
En el podio del campeonato de España absoluto de 1987
Aunque la marcha masculina contaba con bastante predicamento y tradición en nuestro atletismo, la femenina daba sus primeros pasos. Ahora, desde la distancia, ¿cómo viviste tú el desarrollo, la evolución, de la especialidad?
A nivel internacional la viví muy positivamente, cada vez iba incorporándose a los calendarios de los campeonatos más importantes.
A nivel provincial y nacional, cada vez éramos más en las líneas de salida, había casi cada fin de semana una competición, lo que hoy día no ocurre, sino todo lo contrario. De un tiempo a esta parte han ido desapareciendo pruebas del calendario, pruebas tan vistosas y míticas, como por ejemplo Sant Celoni - La Costa, Terrassa La Mata, el gran premio internacional de l´Hospitalet del Llobregat. Tiro una piedra en el tejado de quien proceda para que se pongan manos a la obra y recuperen pruebas ya perdidas, creo que sería una manera de volver a incentivar a las generaciones venideras, y en sí, a la marcha atlética y, por rebote, a una parte importante del atletismo.
Cuando estabas en los primeros cursos de BUP fuiste llamada a acudir con la selección española a los que fueron los segundos campeonatos del mundo al aire libre, los de Roma 87. ¿Qué expectativas se habían creado de cara a la cita mundialista tras el éxito de la temporada anterior?
Teniendo en cuenta las condiciones climatológicas que acompañaban aquel día era hacerlo lo mejor posible.
Recibiendo el Premio Reina Sofía del Deporte 1987
¿Llegabas a sentir alguna presión añadida por parte de la Federación o algún otro estamento?
Jamás, ni por parte del entrenador, ni por parte de Federación. Nadie me presionaba, ni siquiera yo misma. Llegaba a cada campeonato con la cabeza muy clara, sabía lo que había entrenado.
La prueba de Roma fue un tanto dramática, con varias atletas exhaustas y desfallecidas. ¿Qué se te pasaba por la cabeza viviendo todo aquello delante de ti?
La sensación era de mucho calor, hacía un grado muy alto de humedad. Empecé a coger agua desde el primer puesto de avituallamiento hasta el último. Intentaba bajar la temperatura del cuerpo pasándome las esponjas por la nuca y axilas, lo había escuchado de algún médico. Veía que muchas no cogían ni agua, ni esponjas, no sabía como aguantaban, pero nunca imaginé lo que vería y viviría después. Fue escalofriante. Cuando vi entrar en pista a mi compañera de equipo Emy Cano sentía mucha impotencia: estaba en competición, no podías ni tocarla antes de meta, si lo hacías la descalificaban. Estaba todo el cuerpo médico y jueces, creo que a ellos también les pilló de improviso. Tenía el corazón en un puño, estaba deseando que llegara a meta para poder cogerla, fue agónico.
Acaba de conseguir el 4º puesto en el mundial de Roma 87, pero sufre viendo a su compañera Emilia Cano sufrir para llegar a meta
Llegaste a meta en una muy meritoria 4ª posición. ¿Te satisfizo ese puesto o quedó un regusto amargo el estar tan cerca de las medallas en un evento tan importante?
La primera fue una rusa, la segunda una australiana, la tercera una china y la cuarta yo. Si se hubiera repetido el campeonato de Europa, habría quedado subcampeona un año después, eso fue lo que pensé para sobrellevar mejor ese cuarto puesto. Fue una de mis mejores competiciones.
Debido a la “juventud” de la disciplina en categoría femenina, te perdiste la oportunidad de debutar en una cita olímpica como la de Seul 88, donde no se programó la marcha femenina. ¿Cómo se te quedó el cuerpo al tener que consolarte a pensar en la cita de Barcelona 92 y ver aquellos juegos desde casa?
Me sentó fatal, me dio la sensación de estar perdiendo una oportunidad.
A causa de tu edad, al ir a las distintas competiciones, sobre todo las internacionales, ¿tenías facilidades para poder ir acompañada por alguien de tu confianza? ¿Cómo se hacía?
Íbamos acompañados con el cuerpo técnico de la Federación Española, quienes hacían un buen trabajo. Al ser la más pequeña, me sentía muy arropada por mis compañero@s de selección.
¿Qué bullía en tu interior durante las temporadas previas a los Juegos de Barcelona 92?
No fueron años muy buenos (1989-90). Mientras se disputaban los Juegos de Seúl, se celebraba el campeonato del mundo Junior en Sudbury, Canadá. Acabé quedando primera y campeona del mundo junior. Llegué tocada del abductor derecho y, al finalizar el campeonato, se me diagnosticó osteopatía de pubis. Pasé por el quirófano, pues no podía ni caminar. El doctor Don Pedro Guillen realizó un trabajo magistral. Fue entonces cuando empezó mi calvario y empecé a notar la presión de mi entorno deportivo, se me exigía empezar a entrenar lo antes posible. Tuve la suerte de que para aquel entonces ya estaba en funcionamiento el CAR de Sant Cugat, llevábamos dos o tres temporadas yendo. Con esto quiero decir que estaba rodeada de muy buenos profesionales, que me tendieron la mano siempre. Yo no quería volver a entrenar hasta estar totalmente recuperada, tuve que escuchar y aguantar todo tipo de críticas injustas, sólo por querer recuperarme plenamente. Cuando reanudé mis entrenos, acto seguido comenzaron mis problemas con los tíbiales. Me diagnosticaron síndrome compartimental bilateral. Pasé de nuevo por el quirófano, esta vez el trabajo magistral lo hizo el doctor Sancho. Dos operaciones, con sus dos rehabilitaciones, no fue nada fácil. Mi familia, amigos, y, sobre todo mi madre, fueron mi gran apoyo. Pasé un tiempo parada y alejada del mundo del deporte, incluso pensé muy seriamente abandonar, pero faltaban menos de dos años para Barcelona 92 y tenía que intentar estar. Hablé con la Federación Española, les expliqué mis inquietudes, me apoyaron y allanaron el camino para mi vuelta. Ese mismo año eran los campeonato del mundo en Tokio, me clasifiqué para asistir y, de ahí, a Barcelona 92.
No hay que olvidar que se celebraron en casa, tú eres de Viladecáns. ¿Qué significaba para ti prepararte para un evento que supuso como el de Barcelona, que supuso un antes y un después en la historia deportivo, social y cultural de todo un país?
Veía cómo mi cuidad iba cambiando a mejor, y que los juegos eran los responsables de ello. Como deportista me sentía cómplice del cambio, mira tú qué tontería, pero así era. Entonces sí que vivía en Viladecans, en la actualidad vivo en un pueblecito de la comarca de l´Anoia. Después de todo lo ocurrido y vivido, estar en Barcelona 92 fue un triunfo por sí solo.
En el grupo de cabeza de su prueba en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92
¿Cómo viviste aquellos días en la Villa Olímpica?
Paré poco por la Villa, opté por estar los días previos en el CAR de Sant Cugat, siempre acompañada y arropada por Teo. Después de la competición sí que pasábamos a menudo por Villa, fue una experiencia única.
Finalmente saldaste tu participación en los juegos con una 10ª plaza. ¿Colmó esa posición vuestros deseos y expectativas?
Fui varios kilómetros en el grupo de cabeza, tenía muy buenas sensaciones y me veía capaz de estar ah. Éramos un grupo muy compacto y numeroso. A falta de pocos kilómetros empezaron los cambios de ritmo, fueron brutales, la subida al estadio Olímpico desde la Zona Franca fue matador, di absolutamente todo, llegué sin poder dar un paso más. Roma, y Barcelona fueron, desde mi punto de vista, mis dos mejores competiciones a nivel internacional.
Tras la meta de Barcelona 92 está a punto de poner fin a su primera etapa
Tras los Juegos de Barcelona dejaste el C.N. Barcelona por el Valencia C.F. ¿Qué te llevó a dar ese paso?
Después de los Juegos fue una sensación de “ya está”, era como una meta conseguida. Necesitaba y quería parar, los médicos me recomendaron que no parara de golpe, pues después de estar tantos años con el cuerpo al máximo, no era bueno para mi salud.
El Valencia C.F. apostaba fuerte por su equipo femenino, y eso me gustaba. Al ser el Valencia me sentía como en casa, supongo que, por proximidad geográfica. Por otra parte, era una manera de ir parando poco a poco (no me exigían nada, sólo realizar la liga). Si no me hubiera comprometido con el Valencia C.F. tenía muy claro que habría parado de golpe.
Tus marcas comenzaron a resentirse hasta que un día decides decir adiós a la competición. ¿En qué momento lo decidiste y por qué?
La decisión fue tomada después de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Tuve que parar lentamente por recomendación médica. Aun así, llegue a competir en la Copa del Mundo en Monterrey, México.
Copa del mundo de Monterrey 1993
En esos momentos, eras consciente de que era un adiós definitivo o tenías en mente que fuera un hasta luego?
Era un adiós meditado y definitivo.
¿Qué hiciste en se intervalo de tiempo hasta que optaste por volver a competir?
En 1996 tuve a mi hijo Rafa or decisión propia. Lo que hice fue trabajar para sacarlo adelante y estar con él el máximo de tiempo posible, siempre con la única ayuda de mi madre.
¿Qué te impulsó a volver a calzarte las zapatillas de competición?
El saber que habían subido la distancia de 10km. a 20km.
Entrenando duro para volver a lo más alto en su segunda etapa atlética
Tras tu vuelta, tanto en 5 kms como en 10 kms llegaste a conseguir marcas similares a las que hacías 15 años antes. ¿Te creías capaz de poder volver a marchar a ese nivel?
Sí, me veía capaz.
Te costó mucho trabajo y esfuerzo conseguir esos registros?
Empecé mi acondicionamiento físico sobre el 2000-01 más o menos, haciendo dos, luego tres, y así sucesivamente hasta llegar a cinco y seis sesiones semanales, para, más tarde, empezar a doblar algún día. No fue fácil.
Está claro que la marcha ha ido de la mano, en cuanto a globalización, con muchas otras disciplinas, abriéndose mucho el abanico de países y rivales a batir. ¿Qué diferencias más notables encontraste entra aquella marcha de los años 80 y la más reciente?
En general no gran cosa, quizás ahora está más profesionalizada.
¿Cómo veías y vivías la marcha desde fuera?
Estuve bastante tiempo sin saber gran cosa. Estaba centrada en mi hijo, en mi familia, en currar, en la casa y esas cosas.
¿Qué valoración haces de los éxitos conseguidos por marchadoras como Reyes Sobrino, Encarna Granados, María Vasco, etc.?
Muy positiva, son parte de la historia de nuestro atletismo. En la actualidad, suelo pasar muy buenos ratos con Encarna, eso sí, siempre en compañía de Olga Sánchez.
Por cierto, María Vasco se inició a la marcha gracias a las imágenes que veía de una vecina suya compitiendo, una tal Mari Cruz Díaz …
Vivíamos en la misma calle, dos o tres porterías nos separaban. Si de aquella época había tres niñas viendo la tele y una de ellas se enganchó a la marcha atlética de la manera en que lo hizo María Vasco me quedo más que satisfecha.
En la temporada 2003, gracias a tus registros, vuelves a participar en competiciones de máximo nivel, como los Campeonatos del mundo en París 2003. ¿Qué sensaciones tenías al volver a un lugar que ya habías ocupado hacía casi 20 años?
Me sentía un poco fuera de lugar, aunque muy ilusionada, y con muchas ganas de estar en los Juegos Olímpico del año siguiente.
Con su hijo Rafa disfrutando del europeo de Barcelona 2010
En tu última temporada en el mundo de la competición diste un resultado positivo en un control antidoping. ¿En qué momento fue y qué ocurrió para que un hecho así acabara marcando tu trayectoria deportiva?
Fue un control fuera de competición, vinieron a mi lugar de trabajo. Había pasado el campeonao de España en ruta del 2003, no acaba de encontrarme bien físicamente. Lo coment con un compañero de confianza del gimnasio, me ofreció unas vitaminas del grupo B que iban muy bien, las cogí y unos días después me las tomé.
¿Cómo asumiste lo ocurrido?
Hace ya nueve o diez años de lo ocurrido, recuerdo asumirlo con consecuencia. Si das positivo, sin duda alguna, es que te has tomado algo no permitido. Lo asumí con todas las consecuencias.
¿Qué conclusión sacas al reflexionar sobre aquéllo una vez transcurrido el tiempo?
Si no sabes lo que estas tomando, no lo tomes, las consecuencias son muy, pero que muy amargas, no merece la pena.
Aprovecho la oportunidad que me brindas para decir que lamento enormemente el haber podido dañar la imagen del deporte y, concretamente, la del atletismo y la de sus atletas (más que la mía propia), así como por poner, en cierto modo, en duda todo su trabajo, que se muy bien lo duro que es, el y esfuerzo y saber hacer, por mi imprudencia.
En la actualidad, ¿qué es de Mari Cruz Díaz y de su vida?
Estoy trabajando en el CAR de Sant Cugat, o sea, sigo poniendo mi granito de arena al mundo del deporte, mundo que respeto y admiro.
Mirando desde la distancia, ¿cambiarías algo de lo vivido durante tus diferentes etapas en el mundo del atletismo?
En absoluto, tanto los malos como los buenos acontecimientos han ido llegando a mi vida de una manera u otra, y he intentado disfrutar de unos y solucionar otros, y ser consecuente con todas y cada unas de mis decisiones.
El atletismo me ha dado un hijo, unas/os buenas/os amigas/os, experiencias únicas, un trabajo, me ha formado como persona, no cambio nada, de todo se aprende, y de los errores más, no puedo ni quiero cambiar nada, mis equivocaciones son también parte de mi vida, no cambio nada, ,me quedo con todo, si no, hoy no sería yo.
Tú tienes un hijo, Rafa. ¿Le tira a él el atletismo?
Sí, le encanta el deporte. En el cole siempre ha hecho esportjoc (deporte y juego). Hace unos años, por decisión propia se decanto por el atletismo, y por si eso no fuera poco, encima le gusta el fondo.
Con su hijo Rafa tras finalizar la popular carrera Jean Boin
Si decidiera ser atleta de mayor, ¿qué consejos le darías?
Lo mismo que me dijeron a mí, “disfruta y aprende”. Mi gran logro, dentro de todo esto, sin duda alguna, es mi hijo, Rafa, que es mi pequeño gran tesoro. El verlo crecer me hace tremendamente feliz.
Mari Cruz, me llama poderosamente la atención la figura de tu madre en tu trayectoria vital y deportiva...
Mi madre ha sido muy importante en mi vida. Siempre me mantuvo con los pies en el suelo, nunca dejó que perdiera el norte por nada, no me cuestionó nunca, siempre respetó todas y cada una de mis decisiones, le gustaran o no. Se mantenía siempre en la sombra por lo que pudiera pasar, me dejó equivocarme, pero siempre estaba atenta para salvarme si eso era necesario.
¿Crees que la juventud actual vive el deporte de la misma manera que lo hacíamos nosotros?
Los tiempos han cambiado, todo es más fácil, pero, a la hora de ponerse las zapatillas y salir a entrenar, todo sigue igual.
¿Qué podríamos o deberíamos hacer para que se suban al carro del deporte y la actividad física?
Dar más recursos a las escuelas para que puedan promocionarlo más. Que los ayuntamientos organicen y ayuden a las entidades deportivas para que así puedan realizar eventos deportivos de todo tipo durante todo el año.
Publicado por Jesús Francisco Aguilera Moreno